jueves, 1 de marzo de 2007

En blanco.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Revisando sus cajones una tarde se encontró con aquel cuaderno, lo tomó en sus manos y se sentó en el sofá... lo abrió y en su primer página reconoció la letra de su amiga.

Recordó perfecto ese día en que ella había escrito aquellas palabras que inauguraban ese "libro de vida": estaban sentadas en aquel café frente a la estación, esperando a que el tren partiera, era el momento de despedirse después de pasar unos días juntas, compartiendo un montón de cosas.

Recién había comprado ese cuaderno, en blanco completamente, sin líneas que seguir y las primeras palabras debían ser de su amiga, le admiraba tanto (y aún) su manera de escribir...

Siguió leyendo las demás páginas, tantas cosas que habían pasado a lo largo de 2 años... dos años!... sonrisas y lágrimas, verdades y mentiras... mentiras? claro:

...es MI espacio en blanco, no tengo que decir la verdad...
(lo leyó en alguna de las páginas)

Se levantó del sofá y salió a la calle...decidida a comprar otro cuaderno como ese, necesitaba espacios en blanco para llenar... nuevamente.

Unknown dijo...

me gusta mirar.........en el fondo mirar es a lo que un individuo aspira....

Anónimo dijo...

Virginia les entregó una hoja en blanco a cada niño y les pidió que al llegar a casa pensarán durante cinco minutos en sus sentimientos y que los plasmaran en el papel.

La campana sonó y hubo empujones para salir de clase.

Virginia se quedó esperando como siempre a que saliera Quique.

Parecía que se le hacían cortas las clases. No porque fuera muy aplicado o porque se lo pasará bien en el colegio.

Con sus diez años, era un crío muy reservado, justito en las notas y sin muchos amigos.

- Venga Quique, todos los días igual...
- ..., ya voy, estoy buscando el bonobús.
- Toma, te dejo dos euros para que cojas el autobús hoy y mañana por la mañana. Tengo mucha prisa.
- Bueno, pero...
- ¡Vamos!

Mientras caminaban hacia la calle Quique le preguntó:

- Seño! ¿Por qué tenemos que escribir sobre nuestros sentimientos?
- Es un ejercicio.
- Pero...
- Dedica cinco minutos a pensar sólo en lo que sientes durante esos cinco minutos y luego escríbelo.
- Está bien.

Al día siguiente, mandó recoger a María (que se sentaba en primera fila) todas las redacciones.

Diez minutos antes de terminar, mientras los alumnos estudiaban el tema que habían subrayado previamente, Virginia leía uno a uno los ejercicios.

Sonaba el timbre cuando acababa la última frase de Antonio: " ... con dos lonchas de bacon y pimientos."

La siguiente era de Quique.

La profesora levantó los ojos buscándolo. Ya se había marchado. Recogió sus cosas lo más rápido que pudo y salió corriendo hacia la parada del bus con la esperanza de encontrarle allí. Pero no estaba.

Una vez llegó al coche, sacó de su carpeta la hoja. Estaba en blanco y llevaba grapado un papel, un poco más pequeño que una tarjeta de visita, que decía:

____________Enrique Ramirez
___________________Escritor


_______________699.28.11.06

No dudó en marcar el número desde su móvil.

- ¿Si?
- ¿Quique?
- Sí. ¿Quién es?
- Virginia, tu profesora.
- ...
- ¿Por qué no has escrito nada y has grapado una tarjeta con tus datos?
- ...
- ¿Escritor?
- ...
- ¿Te estás riendo de mí?
- No, hice lo que usted me dijo.
- ¿Y qué pasó? ¿No sentiste nada?
- Sí.
- ¿Entonces?
- Durante cinco minutos tuve delante la hoja en blanco, y solamente sentí una cosa.
- ¿El qué?
- Miedo.
- ...
- Así que he decidido que voy a ser escritor.

Anónimo dijo...

Y sucede que no sé qué contar, qué decirte, de qué hablarte ... Siento que me apareces extraña, lejana, tal vez ausente. Observo tu rostro y nada encuentro. Tu cuerpo, tantas noches refugio, hoy se presenta hostil, frío, paraje inhóspito, desierto...

Cómo no pensar en todas aquellas tardes compartiendo amores, compartiendo penas, riendo juntos; soñando tus sueños, tú soñando en mis sueños. ¡Hasta creí que eran ciertos!. Risas y besos, caricias y risas, besos y caricias. Una nube, estrellas, el sol, todo nos pertenecía. Besos y flores, ¿y qué más?, tú y yo, lo demás...

Fui tu amante, antes tú mi confidente y te conocí. Supiste del bufón y la princesa, de un rubí y un príncipe, del pastor y la piedra. Trabajamos juntos, crecimos juntos. Mi música fue tu música, nuestro humo nos envolvió, la triste luz del flexo escondió, confidente, nuestros secretos.

Te hiciste necesaria. Ya no era yo, éramos nosotros. Horas y noches, días y segundos juntos, en esta habitación. Siempre volvía a ti. Tú me esperabas. Tu cuerpo me recibía. Sentías mis manos sobre tu piel y yo te escribía poemas, leyendas que hablaban de dos amantes, de una playa, de una ola, de una gaviota y de un invierno.

Siento ahora tu piel bajo mis dedos, es fría y seca, dura y cuarteada, muerta. No, no siento. Y me miento y te miento y digo que te quiero y no lo entiendo. Pero no me oyes, y te dejas hacer en silencio. Tengo frío, sudo. La radio está encendida y suelta ruidos estridentes. Tú. Yo.

¿Dónde están la princesa y el bufón?, ¿dónde fueron tus caricias y mis besos?.

Tomo mi chaqueta, vuelvo atrás en mi camino. La puerta queda abierta. La noche me envuelve. No estoy.

17/12/1987

L_Y_R dijo...

Intento explicarte y contarte.

Contarte no es fácil, no eres uno, eres muchos, o ninguno.

Explicarte todavía se me hace mas difícil, tu sabes, la distancia no la marcan los kilómetros, la marcan los latidos, y tu estás muy cerca.

Quiero decirte tanto que tal vez una mirada lo resumiría mejor que cien paginas.

Tal vez delante del mar las palabras aparezcan… y me voy al mar.

El mar, la mar… el vacilón… que más da… inmensidad azul.

Me distraigo hablando con el y a la vuelta no hay palabras en el cuaderno.

Una infusión, la calma… y aparecerán como por arte de magia… y pongo agua a hervir.

Y me leo las propiedades mágicas del te blanco. Quien tuviera tantas propiedades pienso, que bueno sería que alguien escriba de uno como si fuera te blanco.

Se ha acabado la infusión.

El cuaderno sigue en blanco.

Música. Eso es. Selecciono despacio el tema. Tú sabes bien, esas palabras nos unieron sin remedio hace años. Esas palabras saben a ron. Y sonrío recordándote.

De nuevo el silencio.

Mi cuaderno sigue en blanco.

Anónimo dijo...

¿En blanco?
Azul: me exprimiré, me vaciaré en ti, seré tu alimento.
Blanco: seré tu razón de ser, seré tú razón, seré tú, seré.

Unknown dijo...

Me encanta el momento en el que empieza una nueva historia...

Es cuando sabes que algo que está en blanco, pronto se va a llenar de cosas fantásticas!

Osiris dijo...

- 9, 6, 13, 60, 9, 6, 13, 60
Conturreaba los números mientras revolvía los cajones en busca de algo para escribir.
Al fin encontró un viejo boli tras unas viejas facturas garabateadas. Abrió su libreta exactamente por la mitad. Pasó varios minutos antes de que el boli empezara a soltar tinta.

- 9, 6, 13, 60
Escribió los números mientras los dictaba, arrancó la esquina de papel donde estaban y se lo metió apresuradamente en el bolsillo interior de la americana. Salió del apolillado entresuelo sin preocuparse de cerrar la puerta. Asomó por el portal del un salto y miro a la calle achinando los ojos.

- 9, 6, 13, 60
Mierda. Nunca hay un taxi en esta ciudad cuando lo necesitas. Empezó a correr calle abajo tratando de no atropellar a los carritos de la compra de las señoras.

- 9, 6, 13, 60
Por el rabillo del ojo vio alejarse un taxi. De una gran zancada se plantó en medio de la calzada haciendo aspavientos, justo en la trayectoria del nuevo y reluciente monovolumen de J.M. Sánchez.

El parachoques le quebró una tibia y la rodilla izquierda. mientras notaba un "creeek" seco sus riñones estallaron estrepitosamente contra el parabrisas. Tras pasar rodando por encima de la baca, dejándose dos costillas, aterrizó contra el asfalto rompiéndose la mandíbula en tres partes.

J.M. Sánchez salió del coche y llegó a su lado sin pisar siqueira el suelo.´Él le agarró del cuello de la camisa y con esfuerzo arrimó sus labios a los luyos y le besó. J.M. Sánchez sin saber por qué cerró los ojos hasta que cesó la fuerza en su camisa. Luego depositó la cabeza en el asfalto delicadamente y le tapó la cara con una mano. Se acercó a él y esbozando una tímida sonrisa le susurró: 9, 6, 13, 60.

gem dijo...

Hummm… Sííí! ¡Hoy estoy inspirada! Me apetece un montón escribir… eeeeehhhhh… ¿Cómo empiezo?.... -“Voy a romper la armonía de tus blancos…”- no, no, borra, borra… No es un buen principio… “Vida, eres…” Uy! Qué difícil es empezar...

Joan Torres dijo...

No era la primera vez que se enfrentaba a una página en blanco, pero al abrir aquella tarde el cuaderno, ignoraba que sería la última. Como siempre, cogió la pluma Smyth & Wesson y abrió la tapa granate. Miró aquella hoja intacta con desconfianza.

Cuando llevaba tres días desaparecido y comenzaron a buscarle, a nadie se le ocurrió mirar entre las hojas de aquel bloc.

Lokita dijo...

Como me ponen las libretas en blanco...ni te lo imaginas!!!
Gracias por tu visita.
Besitos